El escritorio de la trastienda

El escritorio de la trastienda

sábado, 14 de diciembre de 2013

Un par de viejos zapatos



Un par de viejos zapatos discutían
En un viejo armario abandonados
Y después de estar juntos toda una vida
Decidieron que era el momento de dejarlo

Y dejaron de hablarse aunque seguían juntos
Pues tenían entrelazados sus cordones
Sólo de vez en cuando un reproche en un susurro
Y algún zapateo de despecho en ocasiones

Un buen día su dueño deshizo el nudo
Sacándolos al fin de su obligado encierro
Y decidieron que por su lado iría cada uno
Al menos mientras durase aquel paseo

Pero a cada paso que daba su dueño
No podían evitar cruzar sus miradas
Y en ellas no había reproches ni despechos
Si no una triste nostalgia

Y cuando terminó el paseo se juntaron
Y al fin se volvieron a hablar
Pues durante ese tiempo habían pensado
Que nunca más separados querían estar

Y su deseo se vio cumplido
Cuando al cubo de la basura fueron a parar
Que aunque eran viejos se tenían cariño
Y se querían de verdad


Soñar con las estrellas



Brillan los ojos mientras mira las estrellas
Y alarga la mano en un gesto soñador
Y aunque sabe que su luz no es eterna
Cuando el ya no exista seguirá brillando su fulgor

Pues siempre habrá alguien que ocupe su lugar
Creyéndose capaz de alcanzarlas con sus manos
Sin saber aún las lágrimas que derramará
Cuando sea consciente de su propio engaño

Y se pregunta si es acaso suficiente razón
Para que decida cesar en su empeño
Cuestionando la fortaleza de su corazón
Que se rompe todos los días persiguiendo un sueño

Pero aún así las mira entornando los ojos con cariño
Y una lágrima resbala por su mejilla
Logrando capturar en ella su brillo
Recordándole lo hermoso que es soñar en la vida






Dulce desorden



Dejarme mecer por la suave brisa y soñar
Mientras el sueño sea dulce, ¿y qué es si no?
Pues no duele, ni es amargo, ni tampoco cierto
¿Qué es entonces aquello que a mi imaginación hace volar?

Risa y rima
Ambas etéreas y musicales
Ambas dulces y sentimentales

Endulzando los oídos
Alegrando el alma
Regalando los sentidos
Que su belleza atrapa

Miles de ideas en una cabeza en desorden
¿Y qué es el orden?
Un montón de lógicas razones
Ordenadas, eso sí,
Y dispuestas a romper miles de corazones

El árbol



Creció en medio de un campo desolado
Y sus raíces surgían de bellos pensamientos
Ramas de dulces versos afortunados
Y hojas de verdes y puros sentimientos

El otoño arrancaba aquellas hojas de sus ramas
Y las repartía generoso mecidas por el viento
Inundando de alegría y ternura el alma
Deteniendo en un precioso instante el tiempo

En invierno daba leña al solitario corazón
Y el humo de su fuego perfumaba los recuerdos
El crepitar de sus llamas servía de inspiración
Para crear los más hermosos y cálidos versos

En primavera sus raíces cosechaban todo el amor
Que abonaba aquel campo que antes estaba desierto
Y florecían de nuevo sus ramas con pasión
Haciendo que aquel árbol fuera eterno

En verano aquel campo ya era un bosque
Que daba sombra a la más bella creación
Un millón de almas que ya no están solas por la noche
Pues han encontrado cobijo en el amor

jueves, 12 de diciembre de 2013

DIMINUTO

Sólo quiere hacerse pequeñito para que ella pueda cogerlo entre sus manos. 
 Así sentiría su calor y podría dormir en ellas resguardado.

Treparía por sus cabellos y  dulces poemas al oído le recitaría
para verla sonreír mientras se queda dormida.

Y le haría cosquillas en los pies para escuchar su dulce risa, 
y subido a sus notas musicales, por el aire volaría.

Y se haría cada vez más diminuto con una sola intención, 
poder hacerse un huequecito en su corazón.