Las figuras se quedaron por fin quietas
Aparentando trozos de resina inertes
En medio de una gran y musical escena
Adoptando en ella su papel eternamente
Pero para el artesano suponían recuerdos
Congelados para
siempre en el tiempo
Y eran de una vida a escala su reflejo
Tan real que de su existencia era espejo
Y cuando el mecanismo se detenía
Sumía su existencia en un vacío
Tan cercano a una muerte en vida
Que era aterradoramente sombrío
Con delicadeza colocó la última figura
En la que su propia existencia fluía
Mientras observaba a través de la lupa
Que agrandaba las cicatrices de una vida
Cuando hubo terminado el trabajo
Se sentó cansado en medio de su invención
Y observó todo aquello que había creado
Y una profunda tristeza inundó su corazón
Cuántos recuerdos en
su memoria vividos
Que ya nunca más iban a volver
Cuántas ilusiones había concebido
En las que nunca había dejado de creer
Y a medida que se quedaba dormido
Solitario en su amarga vejez
Se preguntaba quién cuando él se hubiera ido
A sus recuerdos les daría cuerda otra vez
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