El escritorio de la trastienda

El escritorio de la trastienda

domingo, 17 de noviembre de 2013

PEQUEÑA HISTORIA TALLADA



Acarició con dulzura la madera, dejando que las yemas de sus dedos siguieran su veta. Aquella superficie lisa latía en su interior, le hablaba, le contaba una historia. Y aquella sensación le subía por todo el cuerpo y le llegaba al corazón.

Dejó que aquel sentimiento guiase sus manos. Cada viruta de madera que se desprendía era un misterio menos que desentrañar, un velo menos que despojar de ese sentimiento que a veces debía mantener encerrado.

Pero ahora, un recuerdo hermoso, dulce e inocente, inspiraba su dedicado trabajo y le confería la habilidad suficiente para superar con facilidad cualquier obstáculo, cualquier reto. Como siempre había ocurrido.

Y cuando terminó, pensó que algún día ella lo vería. Y al acariciar con dulzura la madera, dejando que las yemas de sus dedos recorrieran el motivo tallado en la misma, ésta le hablaría. Le diría la dulzura y el cariño que habían guiado unas manos que habrían tallado una auténtica historia para ella.

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