El escritorio de la trastienda

El escritorio de la trastienda

martes, 5 de noviembre de 2013

PARADOJA




Despertarse una mañana sin saber de dónde vienes
Preguntándote ante el espejo de quién es ese rostro
Desesperado por averiguar qué es lo que sientes
Cuando vives una vida que posiblemente es de otro

Sales a la calle sin reconocer aquel lugar
Y dejas que tus pasos te guíen vacilante
Perdido como un niño lejos de su hogar
Que camina triste con rumbo errante

Entonces ves una cara que te resulta familiar
Y sin dudarlo ni un instante caminas hacia ella
Pues es como un faro que te guía en la tempestad
Que evita que zozobres en medio de la tormenta

Y cuando por fin llegas él te espera allí sentado
Sonriendo misterioso ante tu propia presencia
Y al mirar tu propio reflejo te sientes abrumado
Pues es como una imagen de tu propia conciencia

Y te dice que debes vivir en el presente
Pues sabes que el futuro siempre será incierto
Y el recuerdo de un pasado es la muerte
Pues la vida se construye viviendo el momento

Entonces se levanta y abandona aquel lugar
Y tú deseas ver la vida bajo esa perspectiva
Y ocupas su asiento y te pones a pensar
Y tu espíritu se inunda de una enorme alegría

Entonces sientes ante ti una presencia que es familiar
Y sonríes cuando ves su mirada sorprendida
Cuando se sienta frente a ti sin poder hablar
Esperando que le expliques el sentido de su vida











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